Crédito fiscal para incentivar la inversión privada en I+D

Infobae // 04.03.2023

En todos los países del mundo la subvención estatal no alcanza, hay que alentar la inversión desde un instrumento fiscal tributario como es el crédito fiscal para que las grandes empresas tengan áreas y proyectos de I+D. La idea no es darles crédito blando porque lo pueden conseguir de otra manera, no les queremos dar subsidios, queremos reconocerles la inversión.

Por Fernando Peirano

Las políticas de Estado necesitan tener siempre un ingrediente que es el diálogo entre los poderes. No hay manera de trabajar temas trascendentes que vayan más allá de los calendarios electorales si no constituimos un buen andamiaje reglamentario de leyes que den certidumbre y marquen el camino.

La reforma de la Ley 23.877 es un proyecto que tuvo un largo recorrido técnico de más de dieciocho meses de elaboración con consultas a todas las áreas pertinentes del Estado.

Con esta media sanción avanzamos en darle sustento y continuidad al gran protagonismo que han tenido la ciencia y la tecnología, que han tenido nuestros investigadores e investigadoras con sus aportes en tiempos de pandemia y en momentos en los que pusimos de pie nuevamente al sistema de promoción de la I+D+i.

Consolidar la trayectoria de estos últimos años implica fortalecer un menú que tiene que ampliarse. Hoy la Argentina cuenta con subsidios para la ciencia, con aportes no reembolsables para las pymes que apuestan a la innovación, con créditos blandos, contamos con becas, tenemos también instrumentos novedosos como los que se vinculan con el capital de riesgo y el venture capital. En definitiva, un menú de acciones que es indispensable para movilizar una agenda sofisticada como es la de ciencia, tecnología e innovación.

No se puede impulsar esta agenda con una única herramienta y este menú hoy en la Argentina tiene la oportunidad de ampliarse sumando un nuevo instrumento que es el crédito fiscal para quien realiza proyectos de I+D en el ámbito empresarial. Ese es el foco central de este proyecto.

La Agencia I+D+i tiene hoy más de 9 mil proyectos, en 7 mil de estas iniciativas trabajan más de 30 mil investigadores que reciben el apoyo y el compromiso del Estado. Hay más de mil becarios formándose. Pero también la Agencia tiene en curso más de 2 mil proyectos productivos, 1700 liderados por pymes y cooperativas y queremos seguir avanzando en esta dirección. Para tener muchos más de estos proyectos es indispensable el instrumento del crédito fiscal.

Nos debemos un protagonismo que en el país todavía está latente, que es el de las grandes empresas invirtiendo en I+D.

En todos los países del mundo la subvención estatal no alcanza, hay que alentar la inversión desde un instrumento fiscal tributario como es el crédito fiscal para que las grandes empresas tengan áreas y proyectos de I+D. La idea no es darles crédito blando porque lo pueden conseguir de otra manera, no les queremos dar subsidios, queremos reconocerles la inversión que realizan en I+D.

Creemos que vale la pena porque es mucho mejor reinvertir precisamente ahí donde las cosas ya están funcionando.

Pero no lo queremos hacer sólo pensando en las grandes empresas. El proyecto tiene un diseño que reconoce las diferencias que hay por tamaño, por actividad, lo queremos ampliar a las pymes, segmentar por cupos regionales, por prioridades en distintos sectores que van a ir cambiando con el tiempo.

Buscamos amplificar el juego para que la I+D en nuestro país no sea solo lo que ocurre en un pequeño club de muy buenas empresas. Esta ley es una invitación a que otros se animen, la innovación es para todos los que tienen creatividad y estamos seguros de que está mucho más repartida de lo que vemos en materia de proyectos de inversión.

Para las pymes que por primera vez soliciten ayuda se contempla otorgar un beneficio del orden del 80% y, en la segunda vez, del 65%. Luego, todas convergen en un 50%.

En un informe elaborado por el área técnica del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que tiene como título “Tributación e innovación”, y es de mayo del 2022, se repasa cómo es la situación en el mundo del instrumento del crédito fiscal, dos de las conclusiones a las que llega son:

  • 1). que es el instrumento adecuado para lograr adicionalidad cuando hablamos de la inversión privada vinculada a la ciencia y la tecnología y
  • 2). que estos instrumentos no alteran la dinámica del sistema tributario, porque es insignificante en términos tributarios y elevadamente beneficioso en relación a la dinámica que aportan en materia de empleo, exportaciones e inversión privada.

Es una ley que necesita modernizarse y por eso hoy la estamos poniendo al día en muchos aspectos.

Tenemos que sumarle a los elogios a la ciencia y la tecnología, los compromisos institucionales, que implican tener leyes, decretos y resoluciones que hagan llegar los recursos y que motiven a los actores para tener un país donde la ciencia, la tecnología y la innovación tengan un protagonismo público, pero también tengan presencia y acción desde el sector privado.